Cuando se trata de suplementos de magnesio, hay una variedad de opciones disponibles. Cada una de estas formas de magnesio tiene sus propias características y beneficios. Por lo tanto, es importante elegir la forma adecuada para satisfacer sus necesidades. El glicinato de magnesio, el citrato de magnesio, el cloruro de magnesio y el treonato de magnesio son algunas de las formas más comunes.
El glicinato de magnesio es una de las formas más biodisponibles, lo que significa que se absorbe mejor en el cuerpo. Esto lo hace ideal para aquellos que sufren fatiga. Sin embargo, los suplementos de magnesio en dosis altas pueden causar náuseas, calambres abdominales y diarrea. Por otro lado, el citrato de magnesio se usa para tratar el estreñimiento a corto plazo.
Está clase de medicamentos se conocen como laxantes salinos y funcionan al hacer que el agua se retenga con las heces, aumentando el número de deposiciones y suavizando las heces para que sean más fáciles de expulsar. El cloruro de magnesio es una sal con una tasa relativamente alta de absorción, a pesar de contener solo alrededor del 12% del mineral elemental. Esta forma es ideal para la desintoxicación celular y tejidos debido a su estabilidad. Por otro lado, el treonato de magnesio es capaz de traspasar la barrera cerebral, por lo que es útil para mantener el sistema cognitivo y la memoria.
Además, hay algunos alimentos ricos en magnesio que pueden ayudar a satisfacer las necesidades diarias del mineral. Estos incluyen nueces, semillas, verduras verdes y granos enteros. La cantidad dietética recomendada (RDA) varía entre 400-420 mg para los hombres y 310-320 mg para las mujeres, dependiendo de la edad. Por último, hay que tener en cuenta que los suplementos de óxido de magnesio contienen hasta un 60% más del mineral elemental debido a su baja biodisponibilidad (solo 4%).
Por lo tanto, es importante elegir la forma adecuada para satisfacer sus necesidades individuales.