La dosis diaria recomendada de magnesio es de unos 310 mg a 420 mg al día, según la edad y el sexo, pero muchos expertos creen que es posible necesitar de 600 a 900 mg al día. Tanto es así que se estima que alrededor del 70% de nosotros tenemos un nivel bajo de magnesio en el cuerpo. La serotonina, como hemos explicado en otras ocasiones, es esa hormona que también funciona como neurotransmisor responsable de regular nuestro estado de ánimo. Cuando las personas sanas no ingieren suficiente magnesio, los riñones ayudan a retener el magnesio al limitar la cantidad que se elimina en la orina.
La mayor parte del magnesio de nuestro cuerpo se almacena en los huesos, el resto de las células, y una cantidad muy pequeña circula libremente por la sangre. El magnesio también se incluye en los laxantes y en algunos productos que se usan para tratar la acidez estomacal y la indigestión. Una deficiencia de magnesio, por lo tanto, podría estar detrás de más de una de las enfermedades que podemos padecer en este momento. Además, comer demasiado calcio interfiere con la absorción de magnesio, lo que prepara el terreno para la deficiencia de magnesio.
Algo a tener en cuenta es que el magnesio no es adecuado para todo tipo de pacientes; puede que no lo sea, por ejemplo, si tenemos un problema renal. Cuando los efectos del magnesio en el sistema nervioso comienzan a desentrañarse, casi todos los mecanismos biológicos de la depresión se ven afectados. En cualquier caso, se recomienda seguir las instrucciones de uso indicadas en la etiqueta del suplemento en cuestión, donde se indica el número de cápsulas o cacitos, si el producto está en polvo, así como la frecuencia de las dosis. El magnesio es necesario para llevar a cabo más de 600 funciones metabólicas, sin embargo, en los últimos 50 años el déficit de este mineral ha estado entre los tres primeros, junto con el hierro o la vitamina D.
En segundo lugar, las mejores fuentes de magnesio en una dieta occidental normal son los cereales integrales (aunque también los fitatos presentes en los granos interferirán con la absorción), los frijoles, las verduras de hoja verde y los frutos secos. Del mismo modo, el neurocientífico Guosong Liu, de la Universidad de Tsinghua de Beijing, es uno de los mayores expertos en estudiar la relación entre el magnesio y nuestra salud cognitiva y emocional. Teniendo en cuenta que el magnesio está presente en más de 300 funciones y procesos enzimáticos de nuestro organismo, este dato resulta especialmente preocupante. El magnesio es un antiguo remedio casero para todo lo que te sucede, incluida la ansiedad, la apatía, la depresión, los dolores de cabeza, la inseguridad, la irritabilidad, la inquietud, la locuacidad y el mal humor.
Además, algunas enfermedades y medicamentos interfieren con la capacidad del cuerpo para absorber magnesio o aumentan la cantidad de magnesio excretado por el cuerpo, lo que también puede provocar una deficiencia de magnesio.